A
RAJATABLA.
Neoanarquismo
Impedimento
al ejercicio autoritario del poder.
Tomado del libro con el mismo título de la
Dra. Elisa Escovar León
Escrito por
Leoner Ramos Giménez.
Exclusivo
para El Fortin de Guayana.
Los mencheviques
retrocedieron ante el empuje de los bolcheviques. Mijail Bakunin, un filósofo
neto que era el único capaz de formular un pensamiento formal para la creación
de un nuevo estado en Rusia, fue relegado digamos que a empellones, porque
ponía el ciudadano como único motor del gobierno, en contra de la llamada
“dictadura del proletariado” que finalmente fue la tesis que sobrevivió de
entre las disputas surgidas en medio de los líderes principales de la Revolución Rusa.
Es lógico que cimentaran revoluciones por esos días ya que el Industrialismo,
el capital y las empresas, ahora movidas por la máquina de Fulton habían
excavado un profundo abismo en el decimonónico sistema feudal y la naciente
sociedad mercantil a la cual el remanente aristocrático, casi todo endeudado con
los bancos de la clase burguesa, tuvieron que entregar el control social.
La anarquía fue,
realmente, el movimiento que se embalaba para imponerse porque, naturalmente,
se acercaba muchísimo a las formulas educativas de J.J. Rosseau; la tesis
libertaria de John Locke y la campaña
antimonárquica de Oliver Cromwell, tres “nombrecitos” poco citados por algunos
intelectuales de la izquierda venezolanos porque, ay manito, se les cae la
careta con la que se han disfrazado de reivindicadores de la clase marginal, si
es que esa definición sociopolítica existe realmente.
Incluso, el magnificado
maestro Simón Rodríguez es un discípulo directo y a distancia de Juan Jacobo
Rosseau. Esa frase, o inventamos o
erramos con la que han inundado miles de panfletos antieuropeos, no es sino
la primera de las cuestiones (questions)
derivadas del método científico, propios de Newton o Lavoisier, cuya
base experimental se basa en el ensayo y
error, única manera de encontrar la conclusión adecuada para una hipótesis
que planteare el problema.
Hasta ahora hemos
caminado de la mano europea, en tanto y en cuanto causas para la instalación
y/o transformación del estado que se deriva de los antiguos sistemas feudales y
evoluciona hacia los estados modernos, asentados sobre las relaciones de
Capital – empresa; empresarios – obreros.
Sin embargo de ello,
las revoluciones para tomar el control del estado y de sus empresas, las
empresas de capital privado, de las ciudades y los ciudadanos, han sido una
venenosa constante en los siglos XIX y XX. En el XXI nada queda de ellas. Y si
algo queda, solo se pueden llamar neodictaduras o formas modernas del totalitarismo.
Acudimos, el jueves 22
de mayo, al bautizo del extraordinario trabajo doctoral de Elisa Escovar León,
publicado por bid&co.editor Neoanarquismo (Impedimento al ejercicio
autoritario del poder) una obra de 412 páginas cuyo desperdicio es ninguno porque
está llena de un acucioso trabajo de investigación el cual, para satisfacción
de su autora alguien dijo que era, afortunadamente, el primer trabajo hecho
para entender la realidad latinoamericana con los ojos de un latinoamericano
(sin la odiosa distinción de género artificiada por los gramáticos a juro).
No soy especialista de
esa materia, pero, les garantizo que tampoco yo había leído un trabajo
realizado por una venezolana (apliquemos la distinción de género, pues) que
alcanzara componer una teoría aplicable perfectamente a la geopolítica latina.
En la tertulia, generada luego de la disertación con que la misma autora
presentó su libro, señalaba ella, ante una pregunta de quien escribe, que
utilizó los diferentes movimientos anárquicos de Sudamérica para sustentar su
teoría. Podemos resumirla, no sin cierta economía de conceptos en lo que dice
su autora en las páginas 139-140 de la obra que enunciamos en el encabezado: el
neoanarquismo busca (…) ganar mas amplios espacios de autonomía frente al Estado.
El neoanarquismo niega al Estado, sin embargo, reconoce una autoridad natural,
basada en el saber y en la capacidad del individuo (…) promueve nuevas formas
de organización.
Si usted quiere
retroalimentarse navegando en teorías políticas para la formación del estado,
está en pleno derecho.
Navegará entonces en
las teorías teocráticas o teología política, el sindicalismo, el agrarismo y más,
pero, en general, lo que plantea Elisa Escovar León desenvuelve con sabiduría
los atuendos de la personalidad latinoamericana cuyas prendas han sido el
militarismo, el caudillaje y el populismo.
En 1979 se publicó el
libro de Jacques Duclos “Bakunin y Marx, Sombra y Luz”. En el se afirma que “A la
fase antiautoritaria del socialismo (Bakunin) ha sucedido el socialismo
autoritario (Lenin). Nadie, en efecto, habría sido más resueltamente
antifascista que Bakunin”.
Allí está. Nacido en
Francia ese apotegma, viene a ser por la mano sabia de Elisa Escovar que se le
encuentra sentido propio, y mucho, en
nuestras sufridas tierras venezolanas. Por cierto el axioma de Duclós resuelve
definitivamente quién o quiénes son los fascistas que nos asolan ahora mismo.
Por mi parte, yo
acompaño a Mijail Bakunin, anarquista a todo trapo, la luz. Lo prefiero ante el
socialismo autoritario que ha sido y es, en todo el mundo, solo sombras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario